La función terminó. Cris Morena tiene los ojos vidriosos y la voz se le entrecorta. Pide un caramelo, un chicle, un vaso de agua. Algo que la ayude a endulzar el trago amargo que vivió antes de la función, cuando una baja de tensión obligó a resetear las pantallas gigantes que ostenta el escenario.

A su lado está Juan Pedro Lanzani, o Peter, o Thiago, un galán de ojos achinados que mira a Morena embelesado, y este ídolo se convierte en admirador. De los tres integrantes masculinos de Teen Angels es quien más alaridos despierta en la platea. La adrenalina, después del debut, permanece intacta y ambos conversan animados con LA NACION.

-En esta obra hay una cohesión, no es un mero recital. ¿Cuál fue el mensaje que quisiste transmitir?

CM : -Es justo por ese motivo por el cual estoy tan emocionada. Esta obra aparece en un momento del mundo muy especial. Quería contar algo desde cinco chicos para que les digan a otros de su misma edad: "En 2030 no vamos a ser tan jóvenes. Hay que cuidar al mundo. Hay que dejar de pensar todo el día en pavadas y luchar por los ideales, la justicia, por el amor y salvar la paz".